Listen Without Prejudice Vol. II

Un universo personal e instranferible de intereses, aficiones y desvaríos capturado en este espacio. Cómics, cine, televisión, literatura, deportes, música... entra y escucha sin prejuicios.

lunes, 22 de mayo de 2006

El código Da Vinci.

Ayer fui al cine a ver El código Da Vinci, y la verdad es que no entiendo las furibundas críticas que tanto la prensa especializada como el público le están dedicando, tachándola de aburrida, sosa, insustancial, confusa y pretenciosa. Yo que he leído algunas de estas críticas fuí a verla con cierto escepticismo, preparado para lo peor, pero creo que precisamente por eso me he llevado un buen sabor de boca, porque no esperaba mucho.

Como digo, a mi si me gustó, no se me hizo lenta ni me aburrí. Tampoco entiendo las críticas de que el argumento no se entiende muy bien, cuando en el fondo es bastante simple (dos fracciones enfrentadas, cada una con sus intereses: unos intentando proteger el secreto de la estirpe de Cristo y los otros intentando acabar con él para que no destruya los cimientos de la Iglesia Católica). La historia lleva un ritmo constante, eso sí, sin grandes sobresaltos, con un par de giros de guión interesantes (aunque un poco previsibles, eso también). La historia está adornada con brillantes flashbacks que acompañan a las diversas explicaciones que dan los protagonistas, lo que constituye sin duda otro de los puntos fuertes de la película.


Curiosamente, de los actores el más flojillo en Tom Hanks, y digo curiosamente porque es un actor como la copa de un pino que se sale en casi todas sus peliculas, pero aquí parece ir a medio gas todo el rato, no brilla mucho, como si no se sintiera cómodo en el papel. La otra protagonista principal, Audrey Tautou, cumple aunque también sin grandes alardes. Donde realmente destaca la cinta es en el plantel de secundarios, empezando por un soberbio Ian McKellen que se sale y da vida al mejor personaje de la película, un Alfred Molina también muy acertado en sus escasas apariciones, Jean Reno (un policia francés... ¿acaso podría ser otro actor?) y Paul Bettany que terminan de cerrar un reparto de lujo que da mucha consistencia a la película.

En definitiva una cinta entretenida, que se deja ver, al margen de las polémicas levantadas por su espinoso argumento (y es que casi todo lo relacionado con la Iglesia suele ser espinoso... sobre todo cuando se sacan los pies del tiesto).

Lo mejor: Ian McKellen y en general todos los secundarios; los flashbacks; el tono científico y de "es posible" de la historia (aunque esto será mérito de Dan Brown, no lo sé porque no he leído el libro).

Lo peor: es previsible; el final es un poco anticlimático.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio