Listen Without Prejudice Vol. II

Un universo personal e instranferible de intereses, aficiones y desvaríos capturado en este espacio. Cómics, cine, televisión, literatura, deportes, música... entra y escucha sin prejuicios.

jueves, 16 de febrero de 2006

Historia de una hazaña frustrada.

Aunque hace ya un par de días (antes no he podido por motivos de tiempo) no quiero dejar pasar el comentar el partido de vuelta de la Copa del Rey del martes frente al Zaragoza.

No pudo ser. El milagro y la hazaña de remontar el 6-1 de la vuelta se quedaron a un mísero gol, con un 4-0 espectacular pero insuficiente. El ambiente que se había creado entre todos (jugadores, directiva, prensa) los días previos al partido dio como resultado un Bernabeu lleno y una expectación ante la televisión inusitada si tenemos en cuenta lo abultado del resultado en contra que se había cosechado una semana antes. Toda esa energia se transformó en el arranque de partido más brutal que he tenido oportunidad de ver, con 3 goles en los diez primeros minutos obra de Cicinho, Robinho y Ronaldo. A partir de ahí el partido fue más normal, pero esos primeros diez minutos de magia irrepetibles seguro que quedan en la memoria colectiva de los aficionados.

Caer así deja una sensación muy agridulce. Por un lado, alegar ver un equipo luchar de esa manera con una fe tremenda en poder levantar el resultado y poder decir que se cayó con honor y con orgullo. Por otro lado, verlo tan cerca y que se esfume jode, la verdad. Con el 4-0 de Roberto Carlos mediada la segunda parte hubiera apostado sin dudar a que se pasaba la eliminatoria, influído por la situación y la emoción general de estar viendo algo histórico. Pero el sueño se quedó ahí, en un partido intenso y en dos horas de espectáculo y esperanza, pero en sueño al fin y al cabo.

El final del partido parecía unas elecciones políticas: todos ganaron. Unos, el Zaragoza, por cumplir el objetivo y estar en la final, los otros, el Madrid, por la imagen dada y el partido realizado. Aunque lógicamente los maños mucho más contentos, que tienen a tiro un título.

Y una última cosa. Viendo en la tele a los aficionados del Zaragoza celebrar el pase a la final (algo normal y lícito) vi como algunos de ellos pisoteaban una camiseta del Madrid. A veces no entiendo este antimadridismo radical y visceral que profesa tanta gente en este país. Sobre todo cuando desde el Madrid no suelen hacer comentarios de desprecio ni de superioridad hacia nadie, se dedican a ganar o perder sus partidos como cualquier otro. Es un poco triste que algunos equipos, o sus aficionados, casi celebren más el ganar al Madrid que el éxito que de por si suponga el triunfo que hayan conseguido. Es triste que en una celebración de títulos se esté siempre pendiente de recordar al rival que él no lo ha ganado (ahí tenemos al simpático Etoo). Por eso el Madrid es el más grande, aunque juegue mal o se arrastre por los campos, porque es la referencia, el rasero por el que se miden los otros equipos. Con ese antimadridismo irracional creo que implícitamente se reconoce que al menos en España es la referencia, el rival a batir, temporada tras temporada.

Creo que se me notan los colores. Bueno, la imparcialidad no es requisito para escribir en este blog, jeje.

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