X-Men III: La decisión final.

La última parte de la trilogía de los mutantes recoge con sabiduría los elementos que hicieron triunfar las dos partes anteriores y los combina y complementa para ofrecer una película espectacular y llena de acción. Pese a las dudas que había despertado la marcha del director de las dos primeras partes, Bryan Singer, y su sustitución final por un director casi desconocido, Brett Ratner, y la inquietud por cómo iban a orquestarse los distintos argumentos y personajes que poco a poco se iban conociendo, el resultado final despeja todas estas dudas, y afortunadamente para bien.

La película arranca unos meses después de los acontecimientos narrados al final de X-Men 2, con los miembros del equipo todavía asimilando la muerte de Jean Grey. El más afectado de todos ellos es Cíclope, hundido emocionalmente y que poco a poco ha ido apartándose de sus tareas como jefe del equipo. Lobezno y Tormenta son ahora los encargados de formar a una nueva generación de hombres-X (Coloso, Pícara, Hombre de hielo, Kitty Pryde…), mientras que el profesor Xavier se dedica a dar clases a los alumnos más jóvenes. La relativa calma de la escuela se ve rota cuando Hank McCoy, alias la Bestia, un mutante que se encuentra trabajando para el gobierno, les trae las noticias de que una empresa farmacéutica ha desarrollado una “cura” para el gen mutante, con la que pueden convertir a los mutantes en humanos normales. Esta noticia es todo lo que necesita Magneto para declarar la guerra definitiva a los humanos, utilizando para ello al ejército de mutantes marginados que ha ido reuniendo durante estos meses. Ajeno a todo esto, Cíclope se ve asediado por imágenes de la difunta Jean Grey y unas extrañas voces le hacen acudir al lugar donde esta murió. Allí, para su sorpresa, descubrirá que esta sigue viva. Pero algo no va bien, porque la Jean Grey que aparece del lago es muy distinta a la que supuestamente murió. Es mucho más poderosa e incontrolable, y jugará un papel fundamental en la guerra que se avecina.

X-Men III es el complemento perfecto de las dos primeras partes, convirtiéndose así en el colofón ideal a la trilogía de los mutantes. Si la primera servía como presentación de personajes y de la historia y la segunda como profundización en ellos, esta tercera parte retoma los argumentos para ofrecer un gran espectáculo de acción trepidante y aportar a la trilogía aquello que sus predecesoras no habían hecho (aun siendo grandes películas): grandes escenas de batallas y luchas dignas de los X-Men. De la realización de la película, lo primero que hay que señalar es que el cambio de director no se nota en exceso. Singer había plantado muy bien los cimientos y había marcado con claridad las líneas a seguir para que cualquier director avispado pudiera seguir el camino sin mucha dificultad. Por ello el tono es similar al de sus antecesoras, aunque el guión tiene menos profundidad que en las dos primeras partes, especialmente que en la segunda. Pero la cinta explora otros caminos, como ya he comentado, como son la acción y los grandes momentos dramáticos

El peso de la historia recae sobre Lobezno, al igual que en las anteriores, y en Tormenta (el Oscar de Halle Berry se traduce en mayor tiempo de pantalla), que en esta parte ya vuela y ha desarrollado nuevas estrategias de combate, aparte de ser la directora “oficosa” de la escuela. El otro gran protagonista es Magneto (Ian McKellen de nuevo muy bien) y Jean Grey / Fénix. Por su parte, Cíclope se confirma como el mayor pringado de la historia. Todos ellos acompañados por una serie de secundarios, tanto de los buenos (los mencionados Coloso, Kitty Pryde, etc…) como de los malos (Pyros, Juggernaut, Calisto). Precisamente este puede ser uno de sus principales puntos débiles de la película, la proliferación de personajes que en muchos casos aparecen solo esbozados, ya que no hay tiempo para desarrollarlos a todos.

Donde la película si que supera a sus predecesoras es en el apartado visual, mucho más espectacular, con escenas impresionantes (la del puente, por ejemplo), y sobre todo que por fin vemos, como ya se ha comentado, la gran batalla en la que los X-Men luchan juntos como un equipo, algo que en las dos anteriores yo al menos eché de menos.

En definitiva, en mi modesta opinión estamos ante una cinta espectacular y trepidante, con momentos llenos de emoción y unas batallas muy bien realizadas que recogen a la perfección la esencia de los X-Men de toda la vida.

Lo mejor: el despliegue visual, la batalla final, un par de sorpresillas inesperadas.

Lo peor: algunos personajes están poco definidos, es un poco corta para todo lo que se quiere contar, algún fallo técnico (esa noche repentina en la escena del puente)