Listen Without Prejudice Vol. II

Un universo personal e instranferible de intereses, aficiones y desvaríos capturado en este espacio. Cómics, cine, televisión, literatura, deportes, música... entra y escucha sin prejuicios.

viernes, 18 de noviembre de 2005

Confieso: leo cómics.

Pos si, llega la hora de confesar mi más oscuro secreto, aquel que me convierte en diferente y me aparta de una sociedad que no me comprende, teniéndome que ocultar en los más oscuros agujeros para dar rienda suelta a mis perversiones. Ha llegado la hora de confesar que leo habitualmente cómics. Y no sólo que los leo, sino que además los compro regularmente, es decir... si, amigos... es duro, pero... ¡ me gasto el dinero en ellos!, en lugar de hacerlo en cubatas o en comprarme las zapatillas más caras de la tienda. Si, llegó la hora de expiar públicamente mis pecados y enfrentarme al mundo. No más en las sombras.

Fui seducido por estos medios de corrupción mental en mi tierna infancia, y desde entonces no he podido escapar a ellos. Poco sospechaban mis padres que aquellos inocentes Mortadelos y la bolsa de tebeos que me dió mi primo iban a convertirse en lo que ahora son dos estanterías llenas que amenazan con desbordarse y colapsar el espaciotiempo de mi casa (sobre todo el espacio). Mi madre, tras intentar sus sutiles indirectas de "pues ya no compres más", ha asumido que es una tarea imposible y contempla con resignación el proceso de degradación de su hijo, que parece no tener fin. En este proceso he arrastrado a mi hermano, hasta tal punto llega mi depravación. Mis amigos no me mentan el tema por si desatan en mi el infierno que llevo dentro (presumiblemente).

Debo confesar todo esto. No puedo escapar al maligno influjo de esos "cuentos" que son evidentemente "para niños", y enfrentarme al hecho de que "todavía a mi edad" lea estas cosas... en ver de ponerme a las cosas serías como... esto... ¿ver Salsa rosa?. Cómo es evidente que escapar no es una opción, sólo me queda rendirme a ellos y confesar todo esto públicamente, intentar difundir al mundo la palabra, mermar la ignorancia de las gentes y afrontar la integración social. Mi sueño es el de una coexistencia pacífica entre los humanos no comiqueros y los comiqueros, donde la minoría sea respetada. Mi sueño es poder abrir un Spiderman en el autobús y que las gentes no me miren de forma desconfiada, pensando que soy un ser extraño, peligroso o ridículo, e impidiéndo a los niños sentarse a mi lado.

Sueño todo esto y sé que es una empresa difícil, pero alguien tiene que ser el abanderado. Debemos salir de nuestros gettos subculturales y decirles al mundo que estamos aquí. Y que estamos para quedarnos.

Me despido purgando mis pecados ante una de mis principales guías espirituales en este camino incierto y plagado de obstáculos:

Este ha sido un post difícil. Necesito quitarme estrés. Nada mejor para ello que invocar a la musa de este blog, "la Jessi".

Buf, ya me siento mucho mejor.

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3 comentarios:

  • A las 9:09 p. m. , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Te parece duro?? Pues intenta lo mismo, PERO SIENDO UNA TÍA. Verás qué gracia cuando entres a las tiendas y se vuelvan todos a mirarte...
    Hay que madurar, Alfonso, que somos licenciados, coñe ya

     
  • A las 12:45 a. m. , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Eso, eso...

     
  • A las 12:59 a. m. , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Por cierto, pá el que no lo sepa, yo soy el hermano corrompido por el horror comiquero, la maldad de Stan Lee y la mente enferma de Bendis (y los demás guionistas que pululan alrededor de éste por Marvel, jeje). Además, alguna vez he jugado al Rol.

    De aquí a la cárcel. En fin...

    Ahora sí... "eso, eso".

     

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