Carlos Sainz, el retorno triunfal.

Carlos Sainz ha vuelto en todo su esplendor. Tras su retirada del mundo del rally, el bueno de Carlos ha probado a correr esa carrera tan bonita y dura que es el Dakar. Y lo cierto es que no empezó nada mal, ganó las dos primeras etapas y ha estado algunos días de líder. Pero todos sabíamos cuál era el verdadero destino de Sainz en la carrera.

Ayer el bueno de Sainz se estampó contra una piedra y quedó tirado en medio de las arenas del desierto, esperando a una ayuda técnica que tardó mucho en llegar. Y cuando llega le cogen el coche y se lo llevan de nuevo a la línea de salida, con lo cual tuvo que empezar de nuevo la etapa, despidiéndose así de cualquier posibilidad de luchar por la carrera. Ahí está, con dos cojones, ese es mi Carlos, qué narices es eso de ir líder. Mientras esperaba a la asistencia técnica nos proporcionó nuevas perlas para incluir a su repertorio ("¡Empujad, empujad!") mientras discutía con su copiloto. ¿Quién ha olvidado frases míticas cómo "trata de arrancarlo, por Dios, ¡trata de arrancarlo!" o "¡La cagamos, Luis!"?. Que buenos momentos, ¿verdad?.

Lo malo es que antes Carlos corría una carrera cada semana o cada dos, y ahora con el Dakar tendremos que esperar un año entero para verle de nuevo en acción. ¿Qué nuevos espectáculos nos tendrá preparados?, ¿podrá superarse?. Tiene todo un año para preparar nuevos números y ensayar el tono adecuado de esas frases de desesperación e impotencia que él clava como nadie. ¡Te queremos, Carlos!