Etoo y el racismo.

Valga antes que nada señalar que para nada estoy de acuerdo con los comportamientos racistas, ni en el fútbol ni en ningún otro sitio, que me parecen vergonzosos. Ni qué decir tiene que aquellos que van al fútbol a llamar mono a los jugadores, al igual que aquellos que van a poner banderas fachas, son grupos de desadaptados que encuentran el fútbol como medio de expresión de su desadaptación patológica.

Lo que pasa es que de toda la vida en los campos de fútbol se han utilizado este tipo de comportamientos, solo que el racismo despierta una sensibilidad especial que magnifica su dimensión. Me pregunto yo si es más grave utilizar el color de la piel para insultar que la supuesta orientación sexual de un jugador (por ejemplo, los gritos de "Guti, maricón" son legendarios en todos los campos de España). En ambos casos se utiliza una característica de la persona perfectamente respetable (sea el color de la piel, sea la orientación sexual) para meterse con un jugador del equipo rival, pero no recuerdo a nadie salir diciendo que los aficionados de tal o cuál afición son homófobos. Y mentar a la santa madre del árbitro es práctica común también. No lo justifico, ni digo que me parezca bien, pero ahí está.

Y luego está el comportamiento de Etoo. No digo que le tenga que gustar que le insulten desde la grada, ni que le de igual, pero su actitud infantil de "ahora me voy" si que me parece un tanto ridícula. Si Etoo es el profesional que dice ser, tendría que estar por encima de los gritos de cuatro energúmenos que le dicen no se qué cosas desde la grada amparados en el anonimato y en la dispersión de la identidad que se da en la masa. Juega tu partido, y después utiliza los micrófonos (algo que sin duda sabe hacer muy bien) para denunciar aquello que no te ha gustado. No es la primera vez que los organismos competentes han multado a clubes por comportamientos racistas. Pero no, el señor Etoo, hambriento como siempre de protagonismo, tiene que montar su circo particular diciendo a mitad del partido que se va, para que todo el mundo esté pendiente de él en el intento de convencerle de que no lo haga (incluso el árbitro, algo que tampoco entiendo, si se quiere marchar es algo que debe arreglar con su entrenador y sus compañeros, no se qué narices le importa al árbitro). Sus ansias de ser el centro de atención, por lo que parece, no tienen fin.

El señor Etoo es un histriónico y un narcisita, que es el primero que se llena la boca de "negros" y "blancos" a la mímina que tiene oportunidad, que insulta públicamente a un equipo rival, que escupe a la cara de otro jugador y luego tiene la desfachatez de decir que fue sin querer, que le quita los lanzamientos de faltas a sus compañeros o que se enfada con ellos cuando no le pasan el balón para que pueda meter goles en su carrera esperpéntica por ser el "más mejor del mundo mundial". Lo del sábado sólo fue otro capítulo en su curriculum de "miradme, soy Etoo, soy el mejor y merezco la atención de todo el mundo". De ahora en adelante cuando llamén maricón a Guti en un campo que se vaya también, o cuando miles de personas se cagen en la puta madre del árbitro porque no ha pitado un penalti clarísismo al equipo de casa que suspenda también el partido y se vaya lloriqueando.

Erradicar el racismo, la violencia, el fascismo, la homofobia y demás lacras del fútbol, y de la sociedad ya puestos (si tal cosa es posible, ya que toca aspectos arraigados en la compleja psique humana, capaz de lo mejor y de lo peor) requeire de estrategias mucho más complejas y profundas que las rabietas infantiles y absurdas de un auto-endiosado jugador multimillonario cuya filosofía es "correr como un negro para vivir como un blanco". Y aunque normalmente adorno los post con fotos relacionadas con el tema del mismo, me niego a poner una foto de Etoo en el blog. En su lugar, mucho mejor sustituta es la "la Jessi".

Desde luego más buena que Etoo si que está.