Ya está bien la broma.
Aragonés debería dimitir por decencia, por orgullo y por humildad. Esto es insoportable y el tío sigue agarrado al puesto con excusas peregrinas y rollos patateros. Pero es que si él no tiene la conciencia de dimitir, ahí tendría que estar la Federación y su presidente, Villar, para cargárselo sin compasión y buscar soluciones antes de que sea demasiado tarde. Pero no, Aragonés tiene un crédito que no ha tenido ningún otro seleccionador por motivos que escapan a mi corto entender.
El equipo ha entrado en una dinámica muy mala, y no sólo de resultados, sino también de ambiente. Jugadores que no quieren ir, jugadores no convocados que rajan todo lo que quieren del entrenador... un "despelote", en las memorables palabras de Joaquín. Manda narices que la revolución del equipo sean Juanito, Capdevila y Angulo, claro que sí. Venga, y que le echen la culpa ahora a Raúl, anda.
No me olvido de los jugadores que hicieron un partido pésimo, pero en este momento lo que España necesita es un cambio de aires que cambie esa dinámica. Nadie quiere ya a Aragonés, salvo el presidente de la Federación, otro que tal baila. Habrá que ver que rollos se llevan entre ellos.
¿Y para ver a estos me he tragado yo 7 horas de cola?. Esperemos que el espectáculo lo pongan los argentinos, porque si no apañados vamos.
Etiquetas: Deportes
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