La vida sigue igual.

Tal y como si el tiempo no pasara y estuvieramos inmersos en una malévola espiral de ridículos y decepciones, así es la vida del aficionado madridista. Hacía tiempo que no posteaba sobre el Madrid, inmerso como estaba en otros menesteres en cuanto a intereses deportivos (flipar con el baloncesto y poner a parir a Luís Aragonés) pero después del verano volvemos a la normalidad.

Y esta es, lamentablemente, la normalidad. El Madrid haciendo aguas y arrastrando la camiseta por Europa. Llegó nuevo presidente, nuevo entrenador (Capello) y nuevos jugadores (Cannavaro, Emerson, Van Nistelroy, Diarra y Reyes) pero como reza el título del post, todo sigue igual. Debut de nuevo en Champions con derrota, para más coña con el mismo equipo del año pasado, el Lyon, aunque es justo reconocer que esta vez no fueron tres sino dos solo, gracias a la inspiración de un Casillas que salvó lo que no está escrito y a la falta de puntería de los delanteros franceses. El Madrid desaparecido en combate.

Esto no acaba nada más que empezar y tengo la esperanza (para que luego digan que soy pesimista) de que este año sea diferente a los tres anteriores y el equipo levante el vuelo. Pero lo cierto es que no ha empezado nada bien y esta derrota, más allá de sus posibles consecuencias en cuanto a la clasificación que están por verse, es muy dañina porque siembra muchas dudas en un proyecto muy verde todavía.