Una de películas (5).
Tengo esto bastante abandonado últimamente, pero vamos allá con los comentarios de las últimas películas que me he echado a los ojos.
Mentes en blanco.
Película intrascendente sobre cinco tipos que despiertan encerrados en un solitario almacén sin saber quiénes son y qué hacen allí. Sobre todo al principio el tono y la estética de la película recuerda de forma poderosa a Saw (siendo buenos influencia, siendo malos copia). La conveniente amnesia es siempre un recurso fácil para cualquier historia, y la trama avanza a golpe de recuerdos de los protagonistas, jugando a quién es el bueno y quién es el malo y guardando algunas sorpresitas para el final. Pese a su escasa originalidad y a su más que seguro bajo presupuesto (visualmente es poco espectacular) es entretenida y pasa sin pena ni gloria.
El regreso (The Return).
Sarah Michelle Gellar (que para mí es y será siempre Buffy) se tiñe en esta ocasión el pelo de negro para involucrarse en una historia de fantasmas y misterio que aporta poco al género en cuanto a que es poco novedosa, sin embargo es una película correcta donde los elementos que se van soltando al principio de forma algo confusa van cogiendo cuerpo poco a poco hasta el final donde todo encaja. Como muchas de las películas de este estilo, adolece de un ritmo algo lento salpicado, eso si, por algún que otro susto. La película va de menos a más, con un final apañado pero al mismo tiempo poco espectacular. La prota correcta también aunque poco expresiva, abusa demasiado de la “cara de palo”.
Banderas de nuestros padres.
Aunque después de Millon Dollar Baby me daba un poco de reparo volver a ver una película dirigida por Eastwood, lo cierto es que esta vez el resultado, al menos para mí, es mucho más positivo. La película cuenta la historia de un grupo de soldados que durante la Segunda Guerra Mundial, destinados al frente del Atlántico contra los japoneses, son fotografiados levantando una bandera americana en la perdida isla de Iwo Jima. La foto se convierte en un símbolo de la lucha del pueblo americano y los supervivientes de la foto son enviados de vuelta a su país para que protagonicen una gira que permita convencer a los ciudadanos de que compren bonos de guerra. La película mezcla escenas de guerra bastante conseguidas al estilo de la mítica Salvar al soldado Ryan con las andanzas de los tres soldados durante la gira por el suelo norteamericano, retratando sus traumas por las experiencias vividas en el frente así como sus dudas sobre el papel de héroes que se les ha concedido. Huyendo de patriotismo barato la película no duda en presentar la implacable maquinaria de guerra americana que no tiene reparo en utilizar a los jóvenes soldados como atracciones para abandonarlos a su suerte una vez cumplida su función y exprimidos al máximo. Quizá se estira un poco la historia al final, pero en conjunto es una película bien hecha y recomendable.
Mentes en blanco.
Película intrascendente sobre cinco tipos que despiertan encerrados en un solitario almacén sin saber quiénes son y qué hacen allí. Sobre todo al principio el tono y la estética de la película recuerda de forma poderosa a Saw (siendo buenos influencia, siendo malos copia). La conveniente amnesia es siempre un recurso fácil para cualquier historia, y la trama avanza a golpe de recuerdos de los protagonistas, jugando a quién es el bueno y quién es el malo y guardando algunas sorpresitas para el final. Pese a su escasa originalidad y a su más que seguro bajo presupuesto (visualmente es poco espectacular) es entretenida y pasa sin pena ni gloria.
El regreso (The Return).
Sarah Michelle Gellar (que para mí es y será siempre Buffy) se tiñe en esta ocasión el pelo de negro para involucrarse en una historia de fantasmas y misterio que aporta poco al género en cuanto a que es poco novedosa, sin embargo es una película correcta donde los elementos que se van soltando al principio de forma algo confusa van cogiendo cuerpo poco a poco hasta el final donde todo encaja. Como muchas de las películas de este estilo, adolece de un ritmo algo lento salpicado, eso si, por algún que otro susto. La película va de menos a más, con un final apañado pero al mismo tiempo poco espectacular. La prota correcta también aunque poco expresiva, abusa demasiado de la “cara de palo”.
Banderas de nuestros padres.
Aunque después de Millon Dollar Baby me daba un poco de reparo volver a ver una película dirigida por Eastwood, lo cierto es que esta vez el resultado, al menos para mí, es mucho más positivo. La película cuenta la historia de un grupo de soldados que durante la Segunda Guerra Mundial, destinados al frente del Atlántico contra los japoneses, son fotografiados levantando una bandera americana en la perdida isla de Iwo Jima. La foto se convierte en un símbolo de la lucha del pueblo americano y los supervivientes de la foto son enviados de vuelta a su país para que protagonicen una gira que permita convencer a los ciudadanos de que compren bonos de guerra. La película mezcla escenas de guerra bastante conseguidas al estilo de la mítica Salvar al soldado Ryan con las andanzas de los tres soldados durante la gira por el suelo norteamericano, retratando sus traumas por las experiencias vividas en el frente así como sus dudas sobre el papel de héroes que se les ha concedido. Huyendo de patriotismo barato la película no duda en presentar la implacable maquinaria de guerra americana que no tiene reparo en utilizar a los jóvenes soldados como atracciones para abandonarlos a su suerte una vez cumplida su función y exprimidos al máximo. Quizá se estira un poco la historia al final, pero en conjunto es una película bien hecha y recomendable.
Etiquetas: Cine
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