Eragon.

Película de fantasía heroica con argumento novedoso y original. Trata de un joven muchacho sin especial interés que vive con su tío en un rincón apartado del mundo.





















Un día, este joven encuentra por casualidad un objeto. Sin saber muy bien lo que es, y sin conocer su importancia para el destino del mundo, se lo queda casi por diversión, esperando encontrarle alguna utilidad.














En realidad, dicho objeto es una de las últimas esperanzas de las fuerzas del bien para luchar contra el poder oscuro y corrupto que ha tomado el poder. Ha sido robado por una princesa rebelde que, momentos antes de ser capturada por las fuerzas malignas, decide desprenderse de él para evitar que vuelva a caer en las malvadas manos de las que fue sustraído.



















Desosos de recuperar lo suyo, los malosos persiguen en ese momento al chico, que no comprende el motivo de esta persecución. Sin embargo, encontrará la ayuda de un antiguo soldado que vive cerca de su pueblo, que conoce los secretos del objeto encontrado por el chico y le servirá de guía y de maestro.


















El principal y más poderoso de los malosos fue un aparente defensor del bien que traicionó a los suyos y tomó el poder mediante un golpe de estado, instaurando una dictadura en la que las libertades han sido oprimidas y contra la que lucha un pequeño grupo de resistentes.




















Sin embargo, este maloso prefiere permanecer en las sombras y delega el trabajo sucio en su principal lacayo, un ser poderoso que ejecuta sus órdenes de forma implacable y que será el principal encargado de perseguir al joven y su maestro para recuperar el objeto.


















Bajo estas premisas y con estos personajes, cualquiera que haya visto La Guerra de las Galaxias sabe lo que va a pasar casi al dedillo. Sumemos algunos elementos de El Señor de los Anillos y tenemos la película plagio-homenaje más descarada posible.

Eso si... ¡¡falta Han Solo!!