Humillación blanca.

Pues si, ojalá pudiera escribir otra cosa, pero el 0-3 de ayer en el Santiago Bernabéu frente al Barcelona sólo puede considerarse de humillante y ridículo. Por el resultado, pero más que nada por la lamentable imagen y la actitud del equipo, por los aplausos finales del público blanco al eterno rival... El daño de este partido no es tanto por la clasificación (a fin de cuentas ahora la distancia es de sólo 4 puntos) sino por la imagen ofrecida y por la sensación de inmensa superioridad del Barcelona.

Etoo y sobre todo Ronaldinho, acompañados de un equipo a muy buen nivel, pusieron sobre la mesa las diferencias actuales entre un conjunto y otro. Especialmente sangrante es que con la inversión que el Madrid ha hecho este verano en fichajes (cerca de 80 millones de euros) se esté incluso peor que el año pasado.

Del Madrid sólo se salvarían de la quema Casillas (pese a los tres goles hizo varias paradas de mérito), Salgado y Sergio Ramos (pese a que Ronaldinho le sacara las vergüenzas, aunque en estas jugadas estaba vendido). Todo lo demás fue un equipo patético que deambuló sin sentido ni pasión por el campo a merced de su rival. Zidane está acabado, debemos asumirlo y olvidarnos de él cómo salvador de partidos. A Robinho, hoy por hoy, el Madrid le viene grande y no es capaz de asumir la responsabilidad. Raúl, por mucho que le defendamos, hace tiempo que dejó de ser el jugador desequilibrante que era en la primera parte de su carrera (y encima se lesionó). Beckham y Ronaldo desaparecidos totalmente... en fin, un desastre.

No me olvido de Luxemburgo y su estúpida manía de jugar sin bandas y de construir un equipo sin centro del campo, que se ve obligado a jugar al patadón al no contar con centrocampistas de calidad que sepan mover al equipo, deshaciéndose de jugadores como Figo, Solari o Owen (cuando nos acordamos tanto de los que ya no están, malo). Y de Florentino, que hace tiempo que se olvidó de que esto es un equipo de fútbol y no una empresa.

Creo sinceramente que este equipo puede dar mucho más de si, pero para eso es necesario cambiar muchas cosas, empezando por la actitud. Eso y algún refuerzo este mercado de invierno. Y sobre todo, preparar mejor las cosas para temporadas próximas en cuanto a política de fichajes y filosofía del equipo. El Madrid no se puede dedicar a dar patadones para arriba y a correr como pollos sin cabeza.