El Tour 06 tenía sorpresa final (como las buenas pelis).

Pues si, estábamos ya todos felices con el Tour que ya resumí en su momento, cuando salta la bomba informativa. Floyd Landis, hasta entonces flamante ganador, había dado positivo por testosterona en la etapa que ganó en Los Alpés, justo el día después de la monumental pájara que le hizo perder 10 minutos respecto a los otros favoritos.

Lo cierto es que se trata de un escándalo en toda regla y la primera vez en la historia que pasa algo así. El corredor salió a la palestra blandiendo su inocencia y alegando que la testosterona extra la producia su cuerpo de forma natural, algo que como mínimo suena bastante raro, porque en ese caso, ¿por qué no da positivo siempre?, ¿por qué no fue previsor y avisó de que iba a salir ese resultado?... ¿debemos suponer que su cuerpo selectivamente produjo más testosterona justo el día que asombró a todos con una etapa espectacular que le dejó el Tour a punto de caramelo?. Todo eso suena bastante mal, pese a que Landis reitera cada vez que puede su inocencia y además carga contra la UCI, contra los medios de comunicación y contra todo lo que pilla. De todas maneras, siendo justos también cabe preguntarse cómo pudo doparse a conciencia sabiendo que si ganaba la etapa (algo por lo que luchó con todas sus fuerzas) tenía que pasar el control y lo iban a pillar fijo. Es bastante extraño.

El caso es que el contraanálisis también salió positivo, y a partir de ahí se pone en marcha toda la maquinaria, siendo la primera medida retirarle su victoria en el Tour y una sanción de dos años. De rebote el beneficiado es el español Pereiro, que con todo este mogollón y descalificado Landis se convierte en el ganador del Tour, aunque según parece quedan varios meses para que esto se haga oficial. Además que es una manera un tanto oscura de adjudicarse un Tour, casi por la puerta de atrás, sin celebración ni bonita foto vestido de amarillo con los Campos Eliseos detrás, ni portada del Marca ni nada.

Un nuevo palo para un Tour que pasará a la historia por cosas ajenas a lo que sucede en la carretera, y eso siempre es una mala noticia.