Listen Without Prejudice Vol. II

Un universo personal e instranferible de intereses, aficiones y desvaríos capturado en este espacio. Cómics, cine, televisión, literatura, deportes, música... entra y escucha sin prejuicios.

miércoles, 30 de agosto de 2006

Mundobasket 06: Y no es un sueño.

España no deja de darnos alegrías en este Mundial. Primero derrotando con total claridad a Serbia en octavos (87-75), en un partido en el que la superioridad española fue superior que lo da a entender el resultado, y después aplastando a Lituania en el trascendental cruce de cuartos (89-67).

El partido contra Lituania es de aquellos para grabar en video y conservarlo para siempre. España salió lanzada y en el primer cuarto barrió a Lituania de la pista liderada por un magistral Navarro que cuando tiene el día inspirado es imparable. Tras los 10 primeros minutos España ya ganaba de 17 puntos, y el partido estaba ya casi resuelto, no solo por la diferencia en el marcador, sino también por el golpe de autoridad y el mensaje dado al otro equipo: "no tenéis nada que hacer hoy aquí".

Y efectivamente, poco tuvieron qué hacer los lituanos. Tras la debacle del primer cuarto se rearmaron un poco y mantuvieron el tipo, pero en todo el partido no pudieron bajar la diferencia de los 15 puntos. España controló en todo momento jugando de maravilla, con Gasol de dueño y señor debajo de tableros y el resto del equipo perfectamente engrasado (destacando la maestría con la que dirije el equipo Calderón y la espectacularidad de Rudy Fernández). Lituania, que nos ganó la final del Europeo de 2003, es otra víctima del rodillo imparable de España.

En semifinales espera Argentina, campeona olímpica y subcampeona del mundo, y más allá en el horizonte la posibilidad de jugar la final contra Estados Unidos. Pero lo realmente difícil ya está hecho, y el objetivo mínimo marcado por España ya está cumplido. Toca ahora disfrutar de los duelos contra los mejores equipos del mundo y sentirse satisfechos por el resultado, aunque sin renunciar a nada, claro está. Para alguien que lleva ya muchos años siguiendo a la selección española de baloncesto, y que ha vivido los oscuros años 90 en los que pasar la primera fase era un éxito y pasar de cuartos una utopía, este equipo despierta grandes emociones al ver, por fin, a España en lo más alto.

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