Listen Without Prejudice Vol. II

Un universo personal e instranferible de intereses, aficiones y desvaríos capturado en este espacio. Cómics, cine, televisión, literatura, deportes, música... entra y escucha sin prejuicios.

lunes, 30 de octubre de 2006

Hijos de los hombres.

En el año 2027, una extraña pandemia azota la humanidad: la infertilidad de las mujeres. Ante la imposibilidad de tener nuevos niños, el planeta se prepara para la extinción de la raza humana. La civilización se derrumba presa de los atentados terroristas, el caos y la desesperación. En Inglaterra, un gobierno fascista y totalitario mantiene una frágil sensación de control, mediante leyes que convierten a todos los inmigrantes en ilegales (supongo que para poder gestionar mejor los recursos del país, esto no me quedó muy claro). En medio de toda esta situación Teo, un hombre anodino, desencantado de todo y resignado a su suerte es contactado por una antigua novia, líder un grupo terrorista que lucha por la igualdad de los extranjeros. Esta le pide ayuda para conseguir algunos papeles que les permitan llevar a una inmigrante fuera del país. Quizá por poner algo de emoción a su vida o por los antiguos sentimientos a su novia, Teo decide ayudarles. Pronto descubre que la mujer a la que deben sacar del país es, probablemente, la única mujer embarazada del planeta y la única esperanza de la humanidad. La intención es sacarla del país para ponerla en contacto con el Proyecto Humano, una misteriosa organización de científicos que tratan de encontrar una cura para la infertilidad.

Este es el brillante argumento de esta película, basado en una novela de P. D. James. Lo primero a destacar de ella es su realización técnica. Cada plano, cada movimiento de cámara parece cuidadosamente planeado y nos habla de una gran labor de su director y su equipo técnico. Otro punto a su favor es la ambientación de la historia, en apenas unos minutos queda reflejada esta sociedad oprimida, desesperada y al borde del colapso, mediante decorados y escenarios grises, con pocos colores, sucios… una sociedad apenas a 20 años vista, en la que los únicos desarrollos tecnológicos visibles son modestos y alejados de la ciencia-ficción.

La historia perfectamente enlazada, en algunos momentos reposada, en otros más acelerada, con un ritmo seguro y siempre hacia delante, con alguna sorpresa y giro de guión, hasta llegar a su parte final, realmente memorable y dónde es necesario destacar de nuevo la gran labor técnica en cuanto al uso de la cámara, que recuerda por momentos a otras películas como Salvar al soldado Ryan (ahí es nada). Un final que te atrapa y permite salir del cine con gran sabor de boca.

Los personajes cumplen su función a la perfección. Destacar el protagonista, Teo, un tipo normal que le hecha muchas narices pero en ningún momento cae en el arquetipo de héroe machote y poderoso que se enfrenta al peligro sin pestañear, tipo John McClane (aunque estos personajes tienen su gracia, claro, pero en otro tipo de película). Junto a él un plantel de secundarios muy correcto y, sobre todo, con su papel en la historia. Ninguno sobra y todos cumplen su función para que la trama llegue a su final.

En definitiva un película muy recomendable, de lo mejorcito que he visto este año.

Lo mejor: el tono general de la película, sus últimos 15 minutos.

Lo peor: quizá le falte un poco sentido de la espectacularidad en algunos momentos, por ejemplo en cuanto a la banda sonora.

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