Cell, de Stephen King.

Un día cualquiera, sin nada especial. La vida en la Tierra sigue su curso. Nada hace presagiar lo que va a pasar. Una misteriosa señal que se propaga a través de la señal de los móviles convierte a la gente que los usa en zombies violentos y asesinos. En cuestión de segundos, el mundo tal y cómo es conocido desaparece. Los que han recibido la señal se convierten en seres agresivos que atacan por igual a los suyos y a los "normales". Unos pocos supervivientes se encuentran en un mundo donde la única tarea que importa es la supervivencia. Pronto, los "convertidos" comienzan a mostrar extraños comportamientos: forman rebaños, duermen por la noche y exhiben incipientes habilidades mentales. Todo ello viene a complicar la existencia de los que no han sido convertidos, que trataran por todos los medios de sobrevivir.

Este es el argumento de la última novela de King aparecida en España. Hay que decir que, en general, es una novela bastante buena. De lectura rápida, ágil y dinámica, King nos lleva por todo un viaje de terror y pesadilla. Quizá lo mejor del libro es el principio. Las 80 primeras páginas son sencillamente brutales y magistralmente narradas. Toda la atmósfera del libro está muy conseguida y transmite al lector de manera brillante la angustia y la desesperación de los protagonistas ante todo el horror que se despliega ante sus ojos.

Es un libro de mucha violencia, con bastantes toques gore, y mucha tensión. En algunos momentos recuerda a otros libros del propio King, como Apocalipsis (por la sensación de mundo desolado) o la mismísima saga de La Torre Oscura (por el ka-tet que forman los protagonistas). Lo único que puede decepcionar un poco es el final, excesivamente abierto en mi modesta opinión, aunque es cierto que King no se caracteriza por cerrar todas sus tramas. En este caso deja mucho a la imaginación del lector para terminar la historia.

En definitiva una novela a buen nivel, que afortunadamente parece indicar que a King aún le queda gasolina e ideas.