Abandonado.

Cuando veo blogs que llevan sin actualizarse meses me da una extraña sensación de abandono y soledad, como una especie de ser vivo que es dejado de lado y espera pacientemente que alguien ( normalmante su administrador) lo reviva o por el contrario acabe con su lenta agonía. Y ahora me encuentro con que mi propio blog es uno de esos blogs que llenan el ciber-espacio sin pena ni gloria, un espacio virtual languideciendo y cuya última actualización es de hace un huevo.

En concreto han pasado casi 4 meses desde la última vez que actualicé, justo después de la revitalización que supuso el cambio de plantilla. No hay un motivo claro, solo la falta de tiempo y ganas. Un día te apetece escribir cosas, pero al día siguiente no, y al otro tampoco, llega la noche y no apetece ponerse en el ordenador. Como de esta actividad no se saca oficio ni beneficio, si no hay ganas ahí se queda.

Ni siquiera tuve ganas de escribir un post tras el estreno de Spiderman 3 (las altas expectativas me jugaron una mala pasada) ni después de la increíble victoria liguera del Madrid (ver para creer). Sin embargo, nunca me he planteado cerrar el blog porque es un reducido espacio que no molesta a nadie y nunca se sabe cuando va a picar el gusanillo de añadir o comentar algo, tal es el caso de esta misma noche. Permanece abierto con actualizaciones aperiódicas. Seguro que miles de acérrimos fans de mi obra saltan de alegría en estos momentos (o no).