Eragon.

Película de fantasía heroica con argumento novedoso y original. Trata de un joven muchacho sin especial interés que vive con su tío en un rincón apartado del mundo.





















Un día, este joven encuentra por casualidad un objeto. Sin saber muy bien lo que es, y sin conocer su importancia para el destino del mundo, se lo queda casi por diversión, esperando encontrarle alguna utilidad.














En realidad, dicho objeto es una de las últimas esperanzas de las fuerzas del bien para luchar contra el poder oscuro y corrupto que ha tomado el poder. Ha sido robado por una princesa rebelde que, momentos antes de ser capturada por las fuerzas malignas, decide desprenderse de él para evitar que vuelva a caer en las malvadas manos de las que fue sustraído.



















Desosos de recuperar lo suyo, los malosos persiguen en ese momento al chico, que no comprende el motivo de esta persecución. Sin embargo, encontrará la ayuda de un antiguo soldado que vive cerca de su pueblo, que conoce los secretos del objeto encontrado por el chico y le servirá de guía y de maestro.


















El principal y más poderoso de los malosos fue un aparente defensor del bien que traicionó a los suyos y tomó el poder mediante un golpe de estado, instaurando una dictadura en la que las libertades han sido oprimidas y contra la que lucha un pequeño grupo de resistentes.




















Sin embargo, este maloso prefiere permanecer en las sombras y delega el trabajo sucio en su principal lacayo, un ser poderoso que ejecuta sus órdenes de forma implacable y que será el principal encargado de perseguir al joven y su maestro para recuperar el objeto.


















Bajo estas premisas y con estos personajes, cualquiera que haya visto La Guerra de las Galaxias sabe lo que va a pasar casi al dedillo. Sumemos algunos elementos de El Señor de los Anillos y tenemos la película plagio-homenaje más descarada posible.

Eso si... ¡¡falta Han Solo!!

Una de películas (4).

Deja Vú.


Denzel Washington metido de nuevo en papel de policía listillo, como en la mayoría de sus últimas películas (ya le vendría bien un cambio de registro y variar un poco). La película se deja ver, planteando como arranque un monstruoso atentado y la investigación posterior para buscar a los culpables, en la que el personaje interpretado por Denzel se ve cooperando con una división de la policía que ha conseguido inventar una máquina que les permite observar el pasado para intentar así identificar al responsable del atentado. La trama policíaca y los elementos de ciencia-ficción como los viajes en el tiempo se mezclan de forma correcta para construir una historia entretenida, con sus adecuadas dosis de acción. Recomendable para pasar un rato.

007: Casino Royale.


Nueva entrega con las aventuras del intrépido James Bond, que para la ocasión estrena nueva cara, la del semidesconocido Daniel Craig. Se nos ofrece una visión distinta del mítico personaje, alejado de la elegancia y cierta distinción de las versiones anteriores. El nuevo Bond es un personaje duro, rudo, violento e impulsivo, que utiliza mucho más la fuerza física directa, sin recurrir a los artilugios tecnológicos que empleaba en otras versiones. El nuevo Bond gustará más o menos a los puristas, pero es de reconocer el esfuerzo por presentar algo nuevo, respetando a grandes rasgos los elementos principales del personaje. La historia en sí es algo floja, se echan de menos más escenas de acción espectacular (buenas realmente solo hay dos y concentradas en la primera parte de la película) y el argumento principal está cogido por los pelos (arruinar al malo en una partida de póker para que coopere con el servicio secreto). La película es larga y sobre todo al final puede hacerse pesada. En definitiva, un resultado irregular.

La alianza del mal.


Película con pretensiones que se queda en prácticamente nada. No tiene nada especialmente destacable que se pueda salvar. Historia simple y previsible, sin ritmo, poco elaborada, con actores malos y poco caracterizados y con efectos especiales bastante pobres. Hay capítulos de series de televisión (por ejemplo Perdidos) mucho mejores que esto a todos los niveles. No recomendada.

La pareja (del fin) del año.

Sé lo que hicistéis la última semana (La Sexta, miércoles sobre las 22:30) es sin duda el programa revelación del año, un soplo de aire fresco sobre los denostados y muchas veces patéticos programas de información rosa. Aquí cogen todos estos programas que se toman a sí mismos muy en serio y se cachondean de ellos todo lo que quieren y más.


Al frente de las operaciones Patricia Conde, que no tiene reparos en caracterizarse a sí misma en el papel de rubia atontada e inocentona, rodeada por una serie de colaboradores a cada cuál mejor. Aunque el programa cuenta con la colaboración de Pilar Rubio (un auténtico bellezón) sin duda el mejor de estos colaboradores es un tipo que dice llamarse Ángel Martín y que, hasta donde yo sé, debuta en la televisión en este programa. Ángel Martín lleva la sección que repasa los mejores momentos dados por la televisión en general y especialmente por los programas de prensa rosa, cuya dinámica suele ser presentar un vídeo, ponerlo y cachondearse después en un tono irónico y cínico. Su conexión con Patricia Conde es perfecta y juntos ofrecen los mejores ratos del programa.

Si algún insensato aún no lo ve, que sepa que se está perdiendo momentos como estos:

El perro Twister

Denia y el polígrafo

El convento de Jerez (BUENISIMO)

El buen rollo entre los dos presentadores es tal que La Sexta ha decidido darles las campanadas de fin de año. Conscientes de la poca audiencia que van a tener, en un programa comentaban que iban a poder hacer lo que quisieran porque no iba a estar nadie viéndolos, y que la única forma de que les vieran sería ir al plató de TVE y dar saltos detrás de Ramón García. Desde aquí me gustaría comentar que por mí vería las campanadas en La Sexta, pero me temo que la tradición va a mandar y una vez reunida mi familia todo cristo a tragar con TVE y el eterno Ramón García. Aún así, hago un llamamiento para que todo aquél que pueda sintonice con ellos el fin de año, que seguro serán unas campanadas diferentes.

Feliz Navidad.

Generosidad infinita.

Qué bueno y magnánimo es el Real Madrid. Esta mañana un autobús que transportaba aficionados del Recreativo se estrellaba con el resultado de 4 muertos y unos 30 heridos. Una vez la RFEF decidió jugar el partido, frente a las voces que pedían la suspensión del mismo por la tragedia (una medida a mi juicio excesiva teniendo en cuenta por ejemplo que no se suspendió la jornada de Liga después del 11-M) el Madrid decidió donar la recaudación del partido a las víctimas del accidente. Pero eso no era suficiente. El Madrid, representado por sus jugadores, sabía muy bien que el homenaje no estaba completo sin una victoria del equipo visitante que sirviera de sentido homenaje a a las víctimas para cerrar una jornada futbolística que será recordada por mucho tiempo por su intensidad emocional.

Con la mejor de las intenciones, el Madrid se puso al lío. Y el Madrid, cuando se pone a hacer algo, lo hace a conciencia. Nada de un partido disputado que se acaba perdiendo por ejemplo por 2-3. No, nada de eso, nosotros perdemos (más bien nos dejamos ganar por el bien del homenaje) por 0-3. Con dos cojones, para que el Recreativo puede recrearse en su victoria.

Así pues imagen engañosa del Madrid que no ha querido ganar el partido. Todo aquél que no sea capaz de percibir esta noble intención blanca habrá visto un equipo muy patético e inoperante, con una defensa muy floja comandada por un Cannavaro que parece que cuantos más premios gana peor juega (es imposible que el FIFA World Player y Balón de Oro juegue tan mal si no es porque quiere perder a propósito), un centro del campo sin ideas con Guti desaparecido (siempre le pasa igual, cuando parece que está jugando bien se apaga de forma inexplicable), un ataque con dos jugadores muy buenos pero a los que no les llega un solo balón en condiciones que puedan aprovechar y unos cambios que menos revulsivos son de todo (Robinho, Reyes).

Parecería una debacle sin paliativos si no fuera porque en realidad el Madrid quería perder el partido para contribuir al homenaje de las víctimas. Solo son tres puntos y hay tiempo de sobra para ganar la Liga, así que es la mejor época del año para ser generoso. Don´t worry, be happy. Feliz Navidad.

Hay imágenes que no tienen precio.

Como esta, la de Ronaldinho cabizbundo y meditabajo después de que el Todopoderoso Barcelona pierda la final del Mundialito de clubes que este año hacía las veces de Copa Intercontinental, título que falta en las vitrinas culés. Menuda bajada de humos que les han pegado.

Y de postre el FIFA World Player se lo han dado también a Cannavaro, por delante del (puto) Ronaldinho, con lo que se juntan dos disgustos seguidos para el sonrisas. Este año se ha adelantado la Navidad.

La informática, Telefónica y otros horrores.

Nunca entenderé la informática y porqué lo que un día funciona al día siguiente no lo hace, sin que uno haya tocado nada. Eso es justo lo que pasa con la conexión inhalámbrica desde el router hasta el portátil. Una noche todo va bien, apago y al día siguiente ¡sorpresa!. El portatil no detecta la conexión inhalámbrica. No puedo navegar.

Comienza la odisea, con mis trucos baratos de analfabeto informático. Reinicio allí, reinicio aquí, el portátil, el router... pero nada, no hay manera, sigue sin ir. Siguiente parada, el servicio técnico de Telefónica, con el que es fácil echarse unas risas. Primera llamada, una chica, que me dice que pruebe lo que yo ya he hecho y poco más. Parece ser que me faltan unos códigos que en ese momento no encuentro (algo relacionado con encriptar la red). Después de colgar creo encontrarlos y vulevo a llamar. Me contesta otra persona, ahora un tío. Le explico la situación pero tampoco sabe arreglármelo. Unos genios los del servicio técnico, de aquí a la Nasa. Como no se puede arreglar me dice que me pone un parte de avería, pero de nuevo sorpresa, me dice que no tengo contratado el servicio de mantenimiento, cuando yo estoy seguro de que si, más que nada porque otras veces si que han venido los técnicos a mi casa.

Ese día ya ha sido suficiente. Al día siguiente llamo primero al 1004 para darme de alta en el servicio al que ya estaba dado de alta. Después llamo de nuevo al servicio técnico, y como es otra persona, pruebo a ver si este sabe como solucionarlo. No es el caso (lo que tampoco me sorprende llegados a ese punto), así que me pone el parte de avería y me dice que el técnico ya se pondrá en contacto conmigo.

Vale, el técnico es la esperanza. Pasa más de una semana y aquí no me llama nadie, así que vuelvo a llamar al servicio técnico. Cuarta llamada. El tío que me contesta me dice que el técnico fue a la central y comprobó que la ADSL llegaba bien, y había cerrado el parte. Ahí, con dos cojones. Me puedo morir esperando que me avisen. Me dicen que como la línea está bien (algo que yo ya sé porque en el ordenador de mesa si que funciona internet) es un problema del portátil y que entonces ellos no lo cubren. La solución que me dan es que llame a un amigo informático para que me lo arregle. Claro, a mí eso no se me había ocurrido. Alucino con el manejo del problema de estos tíos, y me cabreo tanto que le cuelgo al tío reprimiendo las ganas de mandarlo a paseo.

Así que al final no he tenido más remedio que recurrir al amigo informático, algo que podría haber hecho al principio, pero claro, yo prefería que fueran los de Telefónica que para eso les pago (y bastante), y el amigo viene por la cara. Así que si alguna vez llamaís a los genios informáticos del servicio técnico de esta gran empresa que es Telefónica y la solución a vuestro problema es que llaméis a un amigo informático para que os lo arregle, no os sintáis solos. Estas cosas pasan.